jueves, 15 de abril de 2010

FOREVER KING OF POP

El 25 de junio de 2009 fallecía Michael Jackson. Con él desaparecía el ídolo pero también se creaba el mito. Son muchos los seguidores que le han llorado y le echan en falta, es por ello que surgen espectáculos como el que se reseña a continuación, con la finalidad de llenar el vacío que ha dejado uno de los personajes que ha marcado la historia de la música.


Forever King of Pop nace con la vocación de narrar en cerca de dos horas la trayectoria de aquel niño que no quiso crecer y que amaba la música por encima de todo. Sus canciones, sus bailes, su extraña personalidad y su discutible comportamiento han estado presentes en los medios de comunicación y, por lo tanto, en las vidas de varias generaciones. Esto es así de tal manera que no deja de resultar desconcertante que no haya noticias relacionadas con su persona, ya sea hablando de una nueva gira, ya poniendo en tela de juicio (nunca mejor dicho) muchas de sus acciones.




Cartel del espectáculo.



Pues bien, con esta intención, y pretendiendo lograr un espectáculo convincente, Carlos Javier López y su equipo han elaborado un casting de bailarines, cantantes y músicos ciertamente espléndido que van desgranando, con la ayuda de dos narradores, la vida y obra de Jackson. A través de canciones míticas y por todos conocidas vamos viendo la evolución artística, haciendo especial hincapié en las coreografías que marcaron un antes y un después en el baile contemporáneo. Comenzando por éxitos de The Jackson´s Five, como ABC o I want you back, pronto llegamos a la que quizás sea la etapa más conocida y valorada del artista: el impresionante Thriller, que marcó una época y que dio lugar a imitadores a lo largo y ancho del planeta. En el escenario se recrean Beat it, Billy Jean, con el moonwalk aplaudido sin cesar por el público, y, cómo no, el videoclip con mayúsculas, clave a la hora de mostrar una evolución en el panorama audiovisual, Thriller.





Fran Jackson, magnífico bailarín al que sólo le falta cantar para ser el doble perfecto.



Fran Jackson, imitador oficial del artista, gran estrella del espectáculo junto a Mampuele, que le emula vocalmente de una forma extraordinaria, aparece en escena vestido con la imitada chaqueta de cuero rojo y pronto ha de huir de unos zombis que trepan por las butacas sorprendiendo a los espectadores que ríen nerviosos y esperan impacientes a que comiencen los acordes que dan lugar a la coreografía. Impecable. Fran se transfigura en Michael una vez más y el cuerpo de baile no desmerece en absoluto al protagonista. Gente como los "famosos" Hugo Rosales, Álex Gutiérrez o Yurena bailan arropados por bailarines como Marcos Pérez, Vito Bambù o el expresivo y simpático Ángel Pardo. Y cómo bailan, señores. Está claro que la elección ha sido adecuada, que Yolanda Torosio en una buena coreógrafa, y todos ellos son realmente buenos en lo suyo, pero es que los cantantes también dan la talla e, intercambiándose el papel solista constatemente, dan lugar a la mágica impresión de estar escuchando a Jackson en concierto. Han sido seleccionados por algo en concreto (hay canciones que se adaptan mejor a cada voz) y el papel que hacen es más que correcto.





Fotografía promocional en la que se aprecia la buena caracterización para recrear Thriller.



Y luego éxitos como Bad, Smooth Criminal - con un momento ante el que te quedas con la boca abierta que es cuando Jackson y cuatro bailarines se inclinan sobre el escenario hasta extremos inverosímiles -, Leave me alone o They don´t care about us. Es recordando estos momentos cuando se incorpora un pequeño coro gospel compuesto por grandísimas voces (impresiona Dariel Ventura) y el público no puede reprimir el seguir con palmas el ritmo de las canciones.





Un momento de la coreografía militar ideada para They don´t care about us.



Obviando los escándalos de los últimos tiempos y, con himnos como We are the world, se pretende poco menos que una santificación, con ascensión a los cielos incluida. Tal vez sea esto lo único que moleste a lo largo de todo el espectáculo - lo siento, no puedo denominarlo musical, puesto que se trata de una serie de números enlazados con cierta dificultad por lo narradores, dos estupendas voces las de Carolina Serrato y Samuel Gómez - Martínez. No es necesario llegar a esos extremos ni tratar de convencer al público de la inocencia de Michael Jackson. Si lo que queremos es disfrutar de su arte dejémonos de sentimentalismos y de preocuparnos por una damnatio memoriae que nunca tendrá lugar. El puesto entre los grandes de la música ya lo tenía reservado desde que apuntaba maneras, rodeado de sus hermanos.





Vídeo resumen que recoje alguno de los mejores momentos del espectáculo.



A pesar de ello la conclusión es que se trata de un buen montaje - tal vez dejándolo como una sucesión de videoclips no hubiese resultado mal y se podrían poner en escena un mayor número de coreografías - que se disfruta enormemente y que desde aquí recomendamos.


Forever King of Pop.

viernes, 29 de enero de 2010

Hermanos de baile

Sinópsis:

Hermanos de Baile empieza a gestarse en Nueva York, cuando Raúl Ortega estaba desarrollando allí su carrera. Allí se enamoró del Break dance y del hip hop, y comenzó a nacer Hermanos de Baile.

Raúl Ortega de formación flamenca, pero conocedor y bailarín de Tap Claqué vio claramente la posibilidad de unir estas disciplinas en un espectáculo rompedor.Tres parejas, tres estilos y el arte, la precisión y el ritmo nos llevaran por parajes urbanos y nos envuelven con la maestría de siete profesionales del baile.

En una ciudad cualquiera de un país cualquiera los artistas callejeros se hacen su hueco a base de desafíos y comuniones nocturnas. Mientras unos vuelan otros reptan y los de al lado contorsionan sus figuras hasta llegar al éxtasis y al triunfo. La calle vela a los sin nombre que destilan arte, picardía y ese puntito de mala leche para que no les quiten su rincón.

Una avenida, una plaza, el verde de un parque, en cualquier sitio nace un desafío con ritmo y pasión. Flamenco, Break dance, Tap Claqué todos contra todos en un espectáculo rebelde y pasado de revoluciones, 2m cuadrados son suficientes para retar a un rival y solo la sangre y el alma valen como arma.

Dirección: Raúl Ortega.
Flamenco: Raúl Ortega, Kelian Jiménez.
Break dance y hip hop: Héctor Hope, Guille Vidal-Ribas.
Tap Claqué: Rubén Sánchez, Ludovico Hombravella.
Percusión: Antonio Maya.
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¡Hola a tod2!

quiero hablaros de un espectaculo de la compañia Adelante Artística y Producciones Yllana que os recomiendo a todos, pero antes de nada he de decir y recalcar, que no soy ninguna periodista, ni redactora, ni nada por el estilo... soy una simple aficionada que va a opinar sobre una función que ha visto: "Hermanos de baile". Asi que si no os gusta: ¡sé siente!.

Después de haber escuchado, leído y visto varias artículos, recomendaciones y fragmentos del espectaculo por la TV [todos con MUY buenas críticas]... ¡POR FIN!, el pasado 22 de enero, en el Teatro Municipal "Juan Prado" en Valdemoro [Madrid], fuí a ver a estos chicos... y sinceramente... ¡CHAPÓ!.

Al principio se hace sosete, ¡pero vamos!, según va pasando el tiempo, mejora hasta llegar a un trabajo IMPECABLE. Su cercanía al público, los puntos que se marcan, la gracia y el arte con la que actúan y el talento que desprenden todos y cada uno de ellos [¡incluido el percusionista, claro está!], es un conjunto de profesionalidad y arte que merece la pena ir a ver. Si te gusta la danza: ¡VE!; si te gusta el teatro: ¡VE!; si quieres ver algo con calidad: ¡VE, porque no os lo podéis perder!. En la función de Valdemoro, hasta hicieron un pequeña pausa para sacar a dos cataores que se marcaron una improvisación que gustó mucho al público. Asi que en resumidas palabras: ¡RECOMENDABLE 100%!.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

WEST SIDE STORY (R.WISE Y J. ROBBINS, 1961)

Hoy iniciamos una nueva sección en dMoove, dedicada al comentario de películas y espectáculos relacionados con la danza y el baile, además de la inclusión de noticias y comentarios relativos a dicho tema.
Y como la ilusión es mucha, quiero empezar bien inaugurando el espacio con un breve artículo sobre "El Musical", así con mayúsculas. Y no es para menos porque West Side Story sigue presente, casi cincuenta años después, y con una modernidad inherente que no se pierde con el paso del tiempo. Pero empecemos por el principio…


Cartel de la película.


Hay quien no tolera la visión de una película musical más allá de los primeros minutos. No sería la primera vez que veo cómo parte de un público adulto sale huyendo despavorido ante un film de este género. ¿A qué se debe ésto? Para desentrañar la incógnita debo iniciar esta reseña definiendo qué es un musical.

“Al referirnos al género musical, aludimos a todas aquellas producciones cinematográficas que incluyen canciones o temas bailables en una parte fundamental de su desarrollo dramático. En su totalidad, las variantes del cine musical tienen una raigambre teatral, como sucede con las operetas alemanas, los musicales de Broadway, las zarzuelas, las óperas e incluso los conciertos de rock, cuya adaptación al cine ha contribuido a popularizar entre el público todas esas fórmulas escenográficas." Proyecto Media


Se encuadra en el musical toda película que otorga importancia al espectáculo de la música a través de canciones, bailes o coreografías (…). Pero, el musical por excelencia es el musical americano, un género genuino y que se caracteriza por historias optimistas y de cierta frivolidad, en las que una trama y unos personajes muy simples sirven de soporte para números musicales espectaculares. Se llama también comedia musical porque los tratamientos dramáticos resultan excepcionales.
Se involucra el sonido como forma de darle al protagonista un desenvolvimiento artístico y bailable dentro del desarrollo de la película; es decir incluirle (sic) un movimiento innovador y revitalizador como otra manera de darle forma a una nueva expresión." Cine musical


Como se puede apreciar, la receta que lo compone es sencilla. Se trata de una narración fílmica, no siempre encuadrable dentro del género de comedia, como veremos, interrumpida por música y canciones acompañadas habitualmente de espectaculares coreografías (aunque no tiene por qué cortar la narración y es frecuente que canciones y coreografías aporten elementos a la trama). Pero sucede que, si la fórmula se desequilibra por una mala mezcla, la película se tambalea, ofrece más de un elemento que de otro y el resultado es malo, tanto que el público no lo tolera.
Pensemos ahora en el ejemplo que nos ocupa, West Side Story, y vayamos a lo puramente material, recordando los diez Oscar con los que fue premiada allá en 1961, incluido el Oscar a la Mejor Película. La respuesta al enigma es tan simple como decir que se trata de una obra redonda, perfecta y equilibrada se mire por donde se mire.
Analicemos su historia
.


Jerome Robbins y Natalia Makarova en pleno ensayo.


En 1949, el coreógrafo Jerome Robbins tuvo la idea de realizar un montaje basándose en la historia de amor más universal de todos los tiempos, la narrada por William Shakespeare en Romeo y Julieta, pero trasladándola a la ciudad de Nueva York de aquel momento. El compositor Leonard Bernstein y el escritor Arthur Laurentis se mostraron interesados en la colaboración en el proyecto así que, partiendo de los esfuerzos aunados y de una visión realista de la sociedad contemporánea, decidieron ambientar la historia en función de la rivalidad de dos bandas callejeras, la de los americanos, oriundos de los EE.UU., y la de los latinos, inmigrantes de Puerto Rico (en aquel momento, el pandillismo y los problemas con la inmigración eran algunos de los quebraderos de cabeza de la policía neoyorquina por lo que la temática era de lo más oportuna). Tony, antiguo cabecilla de los Jets norteamericanos y Maria, hermana de Bernardo, líder de los Sharks, se enamoran perdidamente. Y es en torno a esta historia, tan vieja como el mundo, donde se empieza a hilar una sucesión de acontecimientos que derivan en una gran tragedia, salpicada por números increíbles y canciones inolvidables (como podemos apreciar, la segunda cita no es aplicable a este caso).








Escena de pelea.


El musical de Broadway funcionó tan bien (tanto incluso que se sigue representando a día de hoy, a pesar de haber sido estrenado en 1957) que Robert Wise no se pudo resistir a la posibilidad de realizar una adaptación cinematográfica contando con la colaboración inestimable de Robbins, alma mater del proyecto original. Y es así como en 1961 ambos ruedan uno de los musicales más aclamados de todos los tiempos.


Robert Wise le da indicaciones a Natalie Wood en un momento del rodaje.


Para que veamos la importancia que tienen los pasajes musicales en este film podemos constatar cómo la película fue firmada tanto por Wise como por Robbins (ambos premiados con un Oscar a la Mejor Dirección, algo nunca visto en la historia de los premios hasta dicho momento), un hecho de gran importancia, sobre todo si tenemos en cuenta que el coreógrafo fue apartado del proyecto debido a que se consideró que no se ofrecía la seguridad suficiente a la hora de bailar unas coreografías que eran absolutamente acrobáticas y arriesgadas, simulando peleas en ocasiones, fascinantes en cualquier caso (Wise tuvo que hacer frente a la terrible injusticia que se cometió con el coreógrafo, apartado de su creación, y terminar el trabajo solo pero lo hizo siguiendo las pautas de Robbins). El baile en el gimnasio, con esos cambios de ritmo, melodías jazzísticas y mambos (trabajo magnífico de Bernstein), o el número América, que también incluye ritmos propios de la música latina, perduran en la retina de los espectadores. Se trata de bailes más propios de gimnastas, extremadamente complicados si lo que se pretende es cantar y actuar al mismo tiempo que se danza.






Escena de baile en las calles de Nueva York.


Pero ésta era la condición indispensable para participar en el proyecto, a pesar de que, finalmente, los actores protagonistas, intérpretes de los enamorados, no cantasen ni bailasen. Tony, interpretado por Richard Beymer tuvo que ser doblado por Jimmy Bryant y la voz de Maria (Natalie Wood) la puso Marnie Nixon, haciendo una gran labor lírica. Tal vez sea por este motivo que a menudo se recuerde con mayor admiración el trabajo de Rita Moreno (Anita) y George Chakiris (Bernardo), verdaderos profesionales del canto y el baile.


Tony y Maria, amor urbano.


Como decíamos, la importancia de West Side Story radica en el hecho de que estos pasajes musicales no fragmentan la acción sino que la complementan aportando elementos que definen personajes y situaciones. La dulzura de Maria, la bondad de Tony o el carácter de Anita, por poner algún ejemplo, son visibles en las letras de las canciones y en la fuerza de los bailes (en el caso de Anita, por supuesto), al igual que la fuerza de la tragedia se muestra con las diversas melodías. A esto se suma la unión entre fantasía y realidad propia del género que, en este caso, está más próxima a lo reconocible por el público debido al rodaje en exteriores, con esas escaleras de incendios que han quedado por siempre en el imaginario colectivo de la ciudad de Nueva York, o con las canchas de baloncesto, marco incomparable para los saltos y acrobacias de Jets y Sharks.


Bernardo y sus secuaces danzan para marcar territorio.



West Side Story
, o Amor sin barreras, como fue rebautizada en el circuito cinematográfico español, se compone de una historia de amor, quizás almibarada en exceso, eso no se puede negar, pero se trata de Romeo y Julieta. Y son estos unos enamorados que cantan canciones como las inolvidables Maria o Tonight y que se hacen acompañar por unos amigos que ponen ritmo a su historia, a veces con tanto ímpetu que desencadenan tragedias inevitables.
Nunca un amor fue tan aclamado.





lunes, 19 de octubre de 2009

Nueva sección

¡¡¡dMoovers!!!

aqui llega la nueva sección de noticias, criticas, opiniones... sobre peliculas, espectaculos, actuaciones, etc... relacionados con la danza, con colaboración especial de María Vaquero.

Esperamos que poco a poco esto vaya cogiendo cuerpo y adeptos para que sea lo más dinámico posible. Todos tendréis la oportunidad de opinar, SIEMPRE CON RESPETO y sin descalificaciones de ningún tipo.

Ya sabéis que estamos abiertos a cualquier sugerencia, opinión y critica (CONSTRUCTIVA)... así que, todos a leer un poco y... a ¡mover el arte de la danza!.

¡Gracias a tod@s!
Un besote