Cartel del espectáculo.
Pues bien, con esta intención, y pretendiendo lograr un espectáculo convincente, Carlos Javier López y su equipo han elaborado un casting de bailarines, cantantes y músicos ciertamente espléndido que van desgranando, con la ayuda de dos narradores, la vida y obra de Jackson. A través de canciones míticas y por todos conocidas vamos viendo la evolución artística, haciendo especial hincapié en las coreografías que marcaron un antes y un después en el baile contemporáneo. Comenzando por éxitos de The Jackson´s Five, como ABC o I want you back, pronto llegamos a la que quizás sea la etapa más conocida y valorada del artista: el impresionante Thriller, que marcó una época y que dio lugar a imitadores a lo largo y ancho del planeta. En el escenario se recrean Beat it, Billy Jean, con el moonwalk aplaudido sin cesar por el público, y, cómo no, el videoclip con mayúsculas, clave a la hora de mostrar una evolución en el panorama audiovisual, Thriller.
Fran Jackson, magnífico bailarín al que sólo le falta cantar para ser el doble perfecto.
Fran Jackson, imitador oficial del artista, gran estrella del espectáculo junto a Mampuele, que le emula vocalmente de una forma extraordinaria, aparece en escena vestido con la imitada chaqueta de cuero rojo y pronto ha de huir de unos zombis que trepan por las butacas sorprendiendo a los espectadores que ríen nerviosos y esperan impacientes a que comiencen los acordes que dan lugar a la coreografía. Impecable. Fran se transfigura en Michael una vez más y el cuerpo de baile no desmerece en absoluto al protagonista. Gente como los "famosos" Hugo Rosales, Álex Gutiérrez o Yurena bailan arropados por bailarines como Marcos Pérez, Vito Bambù o el expresivo y simpático Ángel Pardo. Y cómo bailan, señores. Está claro que la elección ha sido adecuada, que Yolanda Torosio en una buena coreógrafa, y todos ellos son realmente buenos en lo suyo, pero es que los cantantes también dan la talla e, intercambiándose el papel solista constatemente, dan lugar a la mágica impresión de estar escuchando a Jackson en concierto. Han sido seleccionados por algo en concreto (hay canciones que se adaptan mejor a cada voz) y el papel que hacen es más que correcto.
Fotografía promocional en la que se aprecia la buena caracterización para recrear Thriller.
Y luego éxitos como Bad, Smooth Criminal - con un momento ante el que te quedas con la boca abierta que es cuando Jackson y cuatro bailarines se inclinan sobre el escenario hasta extremos inverosímiles -, Leave me alone o They don´t care about us. Es recordando estos momentos cuando se incorpora un pequeño coro gospel compuesto por grandísimas voces (impresiona Dariel Ventura) y el público no puede reprimir el seguir con palmas el ritmo de las canciones.
Un momento de la coreografía militar ideada para They don´t care about us.
Obviando los escándalos de los últimos tiempos y, con himnos como We are the world, se pretende poco menos que una santificación, con ascensión a los cielos incluida. Tal vez sea esto lo único que moleste a lo largo de todo el espectáculo - lo siento, no puedo denominarlo musical, puesto que se trata de una serie de números enlazados con cierta dificultad por lo narradores, dos estupendas voces las de Carolina Serrato y Samuel Gómez - Martínez. No es necesario llegar a esos extremos ni tratar de convencer al público de la inocencia de Michael Jackson. Si lo que queremos es disfrutar de su arte dejémonos de sentimentalismos y de preocuparnos por una damnatio memoriae que nunca tendrá lugar. El puesto entre los grandes de la música ya lo tenía reservado desde que apuntaba maneras, rodeado de sus hermanos.
Vídeo resumen que recoje alguno de los mejores momentos del espectáculo.
A pesar de ello la conclusión es que se trata de un buen montaje - tal vez dejándolo como una sucesión de videoclips no hubiese resultado mal y se podrían poner en escena un mayor número de coreografías - que se disfruta enormemente y que desde aquí recomendamos.
Forever King of Pop.